Con el encendido de la foguera principal en la plaza de Aragón y de otras en las diferentes calles de la localidad, el sábado pasado al anochecer dió comienzo en Ayerbe la celebración de la fiesta de San Pablo.

Al calor del fuego, los ayerbenses degustaron las patatas asadas y el vino que fueron repartidos entre los asistentes. La fiesta continuó hasta altas horas de la madrugada con la disco móvil instalada en la nave del SENPA.

El domingo, desafiando al desapacible tiempo reinante y a los caminos embarrados y encharcados por la lluvia caida los días anteriores, alrededor de medio centenar de personas se dieron cita  en la ermita de San Pablo para asistir a la festividad religiosa, cuya eucaristía fue oficiada por el párroco de Ayerbe ante un buen número de fieles, y para dar cuenta de los suculentos y tradicionales almuerzos que se realizaron en los aledaños de la ermita. Incluso hubo personas que, a pesar del frío y del mal tiempo, se quedaron a  comer en las inmediaciones del templo.

Texto: Chesus Gimenez Arbués